Análisis: Ever Forward

Ever Forward es un juego de puzzles, desarrollado por Pathea, para Nintendo Switch, PS4, Xbox Series X|S, Xbox One, PS5 y PC. Además, el título cuenta con una versión física distribuida por Meridiem Games para Nintendo Switch, PS5 y PS4 (plataforma para la cual nos han entregado una clave para este análisis).

Ever Forward nos narra la aventura de una niña, llamada Maya, y su madre, que viven en un mundo asolado por una brutal pandemia (flashes de 2020) que les obliga a mantenerse encerradas en casa. Mientras la madre de Maya intenta mantenerla segura y entretenida, trabaja junto con un amplio equipo en el desarrollo de una cura para este peligroso virus, y tiene que dejar sola a Maya por constantes llamadas de teléfono, con un gran número de horas sin descanso en su despacho frente al ordenador. Haciendo que Maya, por una parte, intente ayudar a su madre desarrollando tecnología por sí misma, mientras que, por otra parte, se vea completamente disociada en un mundo donde todo está bien.

Siempre puede haber un cadáver bajo el más bello jardín

El gameplay está diferenciado en dos grandes partes: La Isla y, lo que llamaré, «La Matrix». La isla es el lugar idílico que ha creado Maya en su mente para alejarse de los terrores del mundo real, algo que muchos niños, y no tan niños, hacen a menudo. En la isla no podremos hacer mucho más que dar vueltas y admirar el paisaje. Aunque parezca que la isla es una gran zona abierta que podremos explorar a nuestro gusto, la verdad es que no, es bastante lineal y tendremos un orden establecido para recorrerla. Todo está bien, hasta que llegamos a unas zonas que parecen infectadas por unas raíces rojas, latentes, presumiblemente malvadas. Estas están situadas en cuartos que flotan en el aire, algo que yo considero pequeños fragmentos de memoria, recuerdos escondidos dentro de la mente de Maya, acechando incluso en aquel que considera su espacio seguro. Una vez entremos en una de estas salas, seremos transportados a «La Matrix».

Todo el color se va, toda la vida muere y nos encontramos en un espacio aséptico gobernado por el blanco, el negro y una escala de grises, como si estuviéramos dentro de una máquina. En estas zonas es donde se desarrollan los puzles. Para resolver los desafíos que nos propone el juego, solo podremos saltar, interactuar con dispensadores de cubos y caminar, nada más y nada menos. Nuestro objetivo también es muy sencillo, contamos con un cubo como compañero, siempre a nuestro lado, el llamado CPQ (parece Portal esto). Este CPQ nos permitirá volar a través de los niveles, y se encajará en unas ranuras claramente marcadas y que darán el pistoletazo de salida para  los retos que tendremos que resolver. Una vez el puzle este activado, únicamente tendremos que llevar un cubo hasta otra ranura en alguna parte del nivel. Una vez hagamos esto, el nivel se completará, veremos una pequeña cinemática y regresaremos a la isla, donde la influencia de estas raíces corruptas habrán desaparecido. Lo demás es más de lo mismo.

La corrupción amenaza con destruir el mundo que ha creado Maya.

Ojos que no ven

El mayor impedimento en nuestra labor de transportista de cubos son los Roundy-Bots, que son unos robots con forma esférica flotantes con una lente. Estos son guardianes y vigilan que no pasemos por donde miran, y si lo hacemos, seremos volatilizados. Los bots tienen un cono azul que indica en qué dirección y en cuánta amplitud te pueden ver. Existen tres maneras de llamar su atención: Si tiramos un cubo cerca de ellos, les haremos mirar hacia donde ha caído (o hacia ti, si estás muy cerca del bot); si saltamos mirarán inmediatamente hacia donde estamos y si pasamos corriendo cerca, nos oirán y se girarán directamente contra nosotros.

Una vez un bot haya sido alertado, se quedan en un estado de vigilancia. Cuando están así, su cono de visión pasará a ser rojo y ocupará más rango de lo normal. Al rato de ser alertados, volverán a su posición original. Con estas simples mecánicas, el juego nos propondrá desafíos de ingenio, en los que tendremos que lanzar cubos, saltar y movernos en una coordinación perfecta para poder avanzar.

Y, quizás, ese es el problema más grande que tiene este juego, aunque gran parte de la resolución de los puzles conlleva el deducir la solución. La ejecución es más cuestión de timing que de otra cosa. El juego te pide que sigas un orden y unos tiempos en específico al realizar todas tus acciones, y si no lo haces, estás en problemas. A esto se le suma otro de los mayores problemas mecánicos de Ever Forward. ¿Recuerdas cuando te dije que los bots te ven si corres cerca de ellos? Bien, pues tú no eres el que decide si caminas o corres. La gran mayoría del tiempo estarás corriendo, pero, al llegar cerca del rango de visión de un bot y hasta que el juego considere que lo has abandonado, empezarás a caminar. Esto aumenta en gran medida el tiempo que malgastas cerca de los bots con la tensión de que se giren en cualquier momento a por ti.

En algunos puntos, se pueden observar paisajes con una gran belleza.

A buen entendedor

Una vez terminemos un puzle, seremos introducidos a una cinemática, un fragmento de una historia que, al igual que la mente de Maya, se encuentra fragmentada, algo inconexa. Trozos de un pasado que no quiere recordar, pero siguen volviendo para atormentarla, incluso en su mundo feliz. Las raíces de ese árbol que plantó con su madre, son la viva representación de esta psique desmoronada, que arrasa con su rinconcito de paz mental, con la dura realidad del mundo que intenta mantener fuera, como una bestia hambrienta de la que intenta escapar, pero que sabe que, eventualmente, tendrá que confrontar. La historia es interesante, es cortita y, en algunos puntos, me he sentido perdido porque da saltos temporales. Además, la forma de narrar esta historia, tras cada nivel, posiblemente hará que te pierdas algunos detalles entre puzle y puzle, lo que le resta algo de protagonismo.

Eso si, la música del título es muy buena. Me ha gustado bastante. Es una música tranquila, mayormente a piano, aunque estés en un momento más tenso no crea esa atmósfera, esto hace que siempre te sientas en paz, sobre todo en la isla. Tiene pocos temas que loopean, pero el título tampoco pide mucho más.

El juego es cortito, si no te tiras de los pelos, por no obtener el timing perfecto en algunos puzles (como un servidor), en dos horas, o así, lo tienes terminado. Además, como la gran mayoría de los logros los obtienes al terminar los niveles, también lo tendrás platinado en ese periodo de tiempo. Así que, podrás completar Ever Forward totalmente de una sentada.

Ahora pasemos a la parte que menos me gusta en los análisis: el sacarle algo de punta a ciertos aspectos. Todo lo que no me ha gustado del título, se resume en dos partes. La primera ya la he comentado varias veces, y es el timing perfecto. Puedes saber cómo resolver un puzle, tener todo preparado y, a la hora de ejecutarlo, saltar o tirar el cubo en un mal momento y tener que empezar de cero. Bueno, de cero no. Ever Forward cuenta con opciones para guardar y cargar la partida en cualquier momento, con tan solo mantener L1 crearemos un quicksave y con mantener R1 haremos un quickload al estado en el que estaba el juego en ese momento. Esto, sin duda, está bastante bien para puzles más complejos que requieran de varios pasos.

Mi segundo problema con el juego son los problemas gráficos y de rendimiento. Las texturas de las paredes y vegetación de la isla, a veces, «se van de vacaciones» cuando no estás mirando e intentan volver lo suficientemente rápido como para que no te des cuenta, pero siempre llegan algo tarde. Por lo tanto, ves como la textura extremadamente poligonal cambia a algo más normal frente a tus ojos, lo que hace que el bello aspecto visual que luce el título se rompa un poco en esas ocasiones. Además de esto, al cargar los puzles y durante el desarrollo de los mismos, a veces, el rendimiento del título prefiere irse a buscar a los gráficos perdidos en lugar de estar contigo. Esto hace que meta tirones en determinados puntos que te pueden fastidiar todo un plan. Aunque, como siempre, comento que he jugado en una PS4 Pro, no sé si el problema es de mi consola o del título, puede que en PS5 vaya mejor o tenga la misma mala suerte. Por lo tanto, no puedo descartar ninguna opción.

¿Qué esconden las olas, qué hay más allá de lo que Maya nos quiere enseñar?

Conclusión final

En general, Ever Forward es una experiencia entretenida, sencilla y que muestra unas mecánicas muy simples a las que es bastante fácil adaptarse (menos «una tontería» que añaden en los últimos niveles, que, bueno…) Puede que me haya gustado, pero mentiría si digo que me ha encantado, poniéndolo tan por las nubes como en otros análisis que he visto, pues rara vez lo bajan de un 9. Realmente, me ha dejado frío.

Yo buscaba algo que el juego no me dio. No le culpo de ello, faltaría más, pero siento que esa simpleza en los puzles es la salvación y condena del título. La historia, como bien he comentado, es muy bonita, aunque cierra de una forma rara y cuesta saber cuánto de ella es verdad y cuánto pasa en la mente de Maya. El título, fuera de «La Matrix», es bastante vistoso, con un estilo visual que me recuerda vagamente a The Witness, y eso mola. Ever Forward deja bastante claro que ha buscado que la narrativa sea el hilo conductor del título, más que sus mecánicas, cosa que comprendo perfectamente.

Para terminar, recordamos que Ever Forward está disponible en Nintendo Switch, PlayStation 4, Xbox Series X|S, PC, Xbox One y PlayStation 5 por 14,90 €. Y, como dijimos al principio, cuenta con una versión física distribuida por Meridiem Games para PS4, PS5 y Nintendo Switch a un precio de 34,95 €.

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