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Análisis: Live A Live

Siento una especial predilección por los juegos de rol. Lleva siendo así desde chico y entono el mea culpa por ello. Más concretamente, suelo decantarme por el JRPG, pues conecto de una forma más sencilla y directa con su sensibilidad a la hora de abordar personajes e historias. Es por eso que esta serie de títulos, tanto remakes como originales, de Square Enix realizados en 2D-HD me llaman mucho la atención.

Empezando por el principio, debo resaltar que yo, desgraciadamente, no jugué al original. Primero, porque no sabía de su existencia, ya que su disfrute se encontraba delimitado a tierras niponas y, aunque hubo algunas versiones con traducciones fan, no lo disfrute por, como he resaltado antes, desconocimiento. Es por eso que, cuando se anunció el remake de un juego de 1994 realizado con este apartado visual y estético tan llamativo, unido a la idea de las historietas ya vistas en Octopath Traveler, no hizo sino acrecentar mis ganas por obtener este título.

En el selector de personajes del menú podemos elegir con que historia comenzar.
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El Camino del héroe

Live A Live es un juego que relata una serie de historietas enfocadas en un personaje principal, el héroe de la historia, y una serie de individuos que, de una forma u otra, adornan la historia y acompañan a nuestro protagonista. La peculiaridad de este título reside en que cada historia se encuentra determinada en un período histórico concreto, a saber: prehistoria, lejano oeste, China imperial, futuro, presente, entre otros.

Cuando iniciamos el título, este nos permite seleccionar cualquier historia/época en el orden que queramos, según nuestra preferencia. En mi caso fue la China Imperial y, sin duda, es de los que más he disfrutado. Es difícil abordar cualquier época sin entrar en temas de spoiler por lo que intentaré aportar una visión algo más global.

Podemos tomarnos las distintas historias como pequeños relatos o incluso películas en las que un héroe debe derrotar a un malvado. Por supuesto, de tiranías, traidores y bellacos va la cosa. Cada historia nos deja entrever, de una forma más o menos sutil, sus influencias. Como toda buena obra, las influencias son algo indispensable a la hora de escribir un relato porque, como ya se ha dicho mil veces, todo está inventado. Algunas referencias que he ido encontrando, de las más notables, son sin duda relatos como Los 7 magníficos, Alien: El octavo pasajero y otros clásicos culturales. Esto podría llevarnos a pensar, de acuerdo, Live A Live se basa en el desarrollo de una serie de relatos basados en la lucha más que trillada del héroe contra el villano.

Ahora bien, ¿la narrativa aporta algo que no sea lo que llevamos viendo durante décadas? Creo que no podríamos afirmar que no hayamos visto antes lo que propone Live A Live (aunque hay que tener en cuenta que sigue siendo un juego de 1994), pero sin duda la cosa va con giro. Es cierto que esto no es una obra coral, como si lo era Octopath Traveler, en el que, después de las historias individuales de cada personaje, había una historia en conjunto más grande que cada individuo por separado. Esto es una de las cosas que más me ha decepcionado, aunque lo entiendo por el contexto del que viene. Si es verdad que hay algo de conexión entre las historias (no entraré en ello), pero me parece algo más circunstancial que de verdadero peso para cada uno de los capítulos que el juego contiene. Aun así, he de resaltar el gran trabajo que hace el título para contarnos las historias, atendiendo a diferentes estilos narrativos y de lenguaje según la época en la que transcurre la historia (el ya consabido lenguaje por señas y gruñidos de la prehistoria). Cada una cuenta con un detalle minucioso en sus aspectos más narrativos, haciendo que la inmersión sea prácticamente total.

El apartado visual y sonoro deja unas estampas que lucen de escándalo.

Live A Live no es un JRPG… al uso

Este es probablemente el apartado más difícil de explicar. No es difícil porque la jugabilidad, en sí, sea compleja ni tenga muchos «peros», sino porque, a mi parecer, no es siquiera importante. Por supuesto, hay un sistema de combate bien pensado, basado en cuadrículas, en el que nos vamos moviendo y ejecutando ataques para dañar a nuestros enemigos y beneficiar a los aliados. En Live A Live contamos con un sistema de rol por turnos en el que tenemos unas «barras de turnos» que se van cargando tanto al esperar, movernos por las casillas, realizar ataques que tengan tiempo de carga y otras acciones. Cuando ejecutamos un ataque o acción con algún personaje, nuestro turno pasa al siguiente jugador, ya que los enemigos irán haciendo sus ataques, aunque no pasemos de turno al siguiente campeón.

Encontramos ataques de diferentes tipos (de golpe, patada, fuego, hielo, a distancia…) que provocan más o menos daños a según que tipo de enemigos, por lo que tendremos que prestar especial atención a las fortalezas y debilidades situadas bajo su barra de vida (indicados con iconos). Al explotar las debilidades de los diferentes enemigos debo decir que, al menos en mi caso, la amplia mayoría de combates no han supuesto un reto, ni lo más leve. Claro que esto depende de cada uno, supongo, pero es cierto que me ha resultado excesivamente fácil. Esto, depende de como lo enfoquemos, podría ser una virtud o una flaqueza. Flaqueza porque, si buscamos un JRPG que nos suponga un mínimo reto, no creo que lo vayamos a encontrar aquí, pero una virtud porque, a mi parecer, el juego habría funcionado con o sin sistema de combate.

He aquí mi problema con el sistema de combate de Live A Live. Dado que nos facilitan tanto las cosas y que, en algunos de los capítulos hay pocos o, en una ocasión, ningún combate, nos hace plantearnos si esto era necesario. Claro, que hay que tener en cuenta que el introducir una jugabilidad, sobre todo por turnos en 1994, era asegurarse el éxito, pues los juegos de rol por turnos vivían su mejor momento. Si lo observamos con la sensibilidad de hoy en día se puede incluso llegar a prescindir del sistema de combate y, en mi caso, incluso lo habría disfrutado más.

Es por este motivo por el que, si me preguntan, no podría afirmar categóricamente que Live A Live es un JRPG, porque, como ya he mencionado antes, los sistemas que lo hacen RPG, a menudo, son prescindibles y casi no hace ni falta (salvo una ocasión) cambiar de equipo a nuestros héroes.

Cada historia cuenta con una ambientación cuidada en cada aspecto.

Precioso en lo visual y sonoro

El pixel-art está viviendo su segunda era dorada. Con el auge de los juegos independientes, compañías como Square-Enix han reanudado el desarrollo de juegos con pixel-art. Tras la creación del llamado «2D-HD«, que se basa en la realización de escenarios en 3D e iluminación realista, como si de maquetas se tratase, pero adornados con detalles, efectos y personajes en 2D con un pixel muy cuidado y vistoso.

Poco a poco este apartado visual se va perfeccionando y origina estampas preciosas con las que se nos puede caer la mandíbula al suelo fácilmente. Es uno de esos ejemplos de que se puede crear algo precioso atendiendo más al apartado artístico y los detalles que del puro técnico-gráfico. Aunque eso no es todo.

A nivel sonoro, Live A Live no se queda atrás. Todos los efectos de sonido ampliamente cuidados, unido a la reorquestación y reinterpretación de los temas compuestos por Yoko Shimomura, hacen que el juego suba peldaños a pasos agigantados. Cada historia se encuentra coronado con una banda sonora propia, de personajes, escenario y combate al nivel de lo que podemos esperar de la prolífica compositora japonesa. Es una de esas para poner en bucle y disfrutar tanto dentro como fuera de Live A Live.

Conclusión final

Live A Live es un gran juego, pero que adolece de problemas generados, posiblemente, por el contexto del que viene. Por momentos, roza la genialidad y por momentos se torna predecible y simple. No es que sea algo por lo que sentenciar este título, pero si es un factor a tener en cuenta a la hora de adentrarse en Live A Live. Por esto hago hincapié en que si se busca un JRPG clásico tipo Dragon Quest, esto no es lo que estáis buscando. Pese a estas flaquezas, es uno de esos títulos que se debe recomendar a todos aquellos amantes de los juegos más narrativos y que, en sí, no busquen un reto. Lo audiovisual y narrativo resalta muy por encima de su apartado jugable que, por momentos, desearía que no hubiera estado.

Live A Live se encuentra ya disponible de forma exclusiva en Nintendo Switch.

Ángel Lostes

Un músico sin beneficio que escribe textos en sus ratos libres para paliar ciertos momentos de crisis existencial.

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