Análisis: Toodee and Topdee

Imagina estar escribiendo el análisis de un videojuego para una estupenda web y darte cuenta de que el signo de punto y coma es lo único que mantiene unido el universo; sin él, todos los mundos creados por una entidad cósmica todopoderosa se vendrían abajo. Imagina que el encargado de velar por la seguridad del punto y coma sea poco más que un bibliotecario con ínfulas de Arturo Pérez-Reverte, pero todavía más corruptible.

Bajo esta premisa, el humilde estudio independiente Dietzribi nos presenta a dos sencillos habitantes del universo conocido se embarcan en la grandiosa tarea de salvar su existencia; por ende, salvar a todos los que les rodean y quieren.

Salvar las distancias que nos separan

Toodee salta y pisa interruptores en dos dimensiones; Topdee carga, empuja y atrae animales desde una perspectiva aérea. Lo que para uno es fondo, para el otro es tierra firme. Entonces, ¿cómo pueden colaborar para avanzar en su periplo? Pues porque el jugador también es un Dios todopoderoso; puede cambiar la perspectiva a su antojo con un solo botón, dejando a uno de los dos protagonistas en “modo espera” mientras controla al otro. El paso entre ambos funciona realmente fluido, dando lugar a numerosos desenlaces que, aunque no se dan de inmediato, mantienen al jugador en tensión. Así se desarrollan las pantallas; combinando la habilidad característica de cada uno por turnos, avanzando tímidamente en el desarrollo de un puzle que puede conllevar el triunfo o una total pérdida de tiempo.

El fracaso, el mejor maestro es

Sí, como dijo Yoda alguna vez, “el fracaso es el mejor maestro”; eso han seguido al pie de la letra, ya que los “fallos” son personajes que nos ayudan a avanzar en la historia. Irónicamente, cuando en una pantalla cometes un error al mover un elemento sin opción de vuelta atrás o destruyes algo completamente necesario para la consecución de la victoria, el juego no se toma la molestia de avisar y prefiere esperar a que, desesperado ante la falta de ideas, decidas reiniciar el nivel. Ya que estamos intentando salvar el universo, al menos una ayudita, por favor; aunque bien es cierto que con humor todo es más fácil de aceptar y aquí tenemos bromas muy tontas (y por ello bien valoradas) para dar y tomar.

Danny Glover estaría orgulloso.

A pesar de ello, el excesivo sistema de ensayo y error puede llegar a frustrar, especialmente esos niveles con puzles ridículamente intrincados e insertados en medio de otros muy sencillos; solo la responsabilidad ante una catástrofe inminente nos sigue empujando nivel tras nivel hasta alcanzar nuestra meta.

Si no podemos vivir juntos, vamos a morir solos

Aquí viene el tema más complicado de tocar: el cooperativo. El fuerte de la Nintendo Switch, que es donde lo hemos jugado, es el cooperativo local. Sí, todo muy bonito pero…tenemos dos personajes con habilidades dispares, así que deberíamos colaborar, ¿qué podría salir mal? Hablemos del todopoderoso botón que otorga el cambio de perspectiva. Es cierto que se puede seleccionar una opción para que solamente uno de los jugadores pueda activarlo; sin embargo, no tiene mucho sentido sacarle al otro el control de su personaje si no sabes exactamente qué va a hacer; unido a que, en demasiadas ocasiones, el cambio de perspectiva debe activarse en un momento muy concreto, como un salto al vacío o usar la gravedad y dejar caer objetos en un punto determinado, para poder cooperar.

Únicamente hay algo que de más miedo que la inminente destrucción del universo conocido y es quitarle a tu pareja de juego el control cuando estaba a punto de hacer algo; si no muere tu personaje, puede que lo hagas tú.

Tócala otra vez, Sam

Por la mente del compositor Kajnoon debió pasar en algún momento esta idea: «¿Qué tipo de música voy a hacer para este juego? El jugador va a morir y morir; pensar y pensar; reiniciar niveles y desesperarse; mejor le doy algo para relajarse y tomarse la desesperación con filosofía«. Y así lo hizo.

La mayor parte de sus temas son tranquilos, muy apropiados con lo que se nos invita a hacer; pensar. Si la música intentase llevarnos a un estado emocional diferente al necesario para jugar, no cumpliría su función (te miro a ti, Dune de 2021). Solo en esos momentos donde nos estamos enfrentando a un gran jefe, la música despierta, nace de lo más hondo y te dice a través de los oídos lo que tus ojos ya han comprobado; muévete rápido o muere.

Os dejamos con una muestra de la gran banda sonora de este videojuego.

Después de todo, mañana será otro día

Varios mundos y un buen puñado de decenas de niveles después, Toodee and Topdee termina como debe terminar cualquier buena obra; felicitándose por los éxitos y agradeciendo los errores. Los primeros son pasajeros, pero es en los segundos donde se prospera y este título tiene unos cimientos lo bastante sólidos como para continuar construyendo desde aquí una segunda entrega, o puede que algo totalmente diferente.

El bueno de Reverte defendiendo la correcta utilización del lenguaje.

Así que, haced caso a nuestro bibliotecario venido a más y aprended, fracasad y mejorad, pero sobre todo, puntuad correctamente; si no, puede que el signo de punto y coma acabe siendo lo único que sujete la puerta que nos lleve hacia la catástrofe.

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