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Análisis de Cult of the Lamb

Los pecados de la carne su adueñan del culto

Los títulos de gestión son un apartado curioso dentro de los videojuegos, en estos juegos se nos pone al control de una empresa, organización o ciudad en la que tenemos que construir nuevas edificaciones y velar por las necesidades de alimentación, felicidad y descanso de nuestros ciudadanos, claro que, quizás ser el gestor de un culto satánico es un paso demasiado lejos en la fórmula, pero Cult of The Lamb, el título del que vengo a hablar hoy, lo clava a la perfección.

Cult of the Lamb es un título de gestión y roguelike desarrollado por Massive Monster y publicado por Devolver Digital en el que tendremos que ponernos al control del último cordero miembro de una raza perteneciente a un antiguo culto, para alzarnos contra los nuevos dioses e instaurar el régimen de nuestra deidad particular «Aquel que Espera» mientras hacemos uso de nuestro carisma de corderito y poderes demoniacos para obtener un culto que obedezca cada una de nuestras órdenes mientras crecemos en poder y lealtad que nos ayudara de, manera retroactiva a mejorar nuestro culto y así obtener más fuerza.

Alabado sea el Cordero

La historia de Cult of the Lamb es bastante sencilla, somos un cordero al que acaban de sacrificar como ofrenda a uno de los «Obispos de la Antigua Fe», personajes que actúan como deidades dentro del juego, sin embargo, tras la ejecución no morimos y nos reunimos con otro dios más, encadenado y que parece destilar más maldad y corrupción que el resto, esta figura se introduce a sí misma como «Aquel que Espera» y nos propone un trato, si conseguimos alzar un culto en su nombre y derrotar a los Obispos de la Antigua fe, él nos traerá de vuelta a la vida y nos otorgará la Corona Roja, un artefacto de gran poder con el que someter a nuestros enemigos y engatusar a nuestros aliados.

El juego está dividido en dos fases, por una parte, está la del culto, que toma las mecánicas típicas de un juego de gestión, tendremos que reclutar nuevos seguidores al culto, darles un lugar donde dormir, alimentarlos, satisfacer sus necesidades y mantener su fe sobre nosotros elevada. Es necesario hacer todo esto porque como comiencen a sentir que no les estamos cuidando lo suficiente, podrán intentar huir del culto, o, peor aún,  convertirse en disidentes que intenten guiar al resto de cultistas fuera de la fe en Aquel que Espera. Para ello es necesario hacer uso de nuestro templo y recitar sermones, realizar rituales y dar bendiciones a nuestros cultistas, así seguirán viendo que su líder los cuida y los respeta, o por lo menos, hasta que haya que elegir al próximo sacrificio.

La segunda parte del gameplay en Cult of the Lamb consiste en un roguelike en el que nos iremos con nuestro lanudo protagonista en lo que el juego llamada «Cruzadas«. En estas cruzadas nos adentraremos de lleno en el territorio de uno de los Obispos de la Antigua Fe y lucharemos contra sus seguidores, cada cruzada está dividida en una serie de fases por las que avanzaremos por un clásico mapa en forma de árbol, cada una de estas fases tendrá diferentes símbolos que muestran que nos encontraremos, quizás es una zona dividida en salas llenas de enemigos, una tienda, o un nuevo cultista aguardando indoctrinación.

Obedecer al líder

Sin embargo, estas dos fases no son completamente independientes entre sí, ya que se retroalimentan para que ambas tengan un efecto constante sobre la otra y así crear una progresión constante, bien es cierto que puedes avanzar bastante en las actividades del culto sin irte en las cruzadas o ir a por los Obispos de la Antigua Fe sin hacerle demasiado caso al culto, pero así no es como el juego está diseñado y jugará en tu contra, haciendo las cosas más difíciles. En el culto obtendremos fervor cuando nuestros seguidores recen, y esto nos proporcionará inspiración divina, que nos permitirá desbloquear nuevas edificaciones para facilitar el mantenimiento de sus necesidades y obtener más recursos.

Cuando realizamos sermones y algunos rituales en el templo, los seguidores nos pagaran con su lealtad, y esto nos subirá niveles de la Corona Roja que nos habilitará a conseguir armas con diferentes efectos, mayor poder y otras cosas chulas dentro de las Cruzadas. Asimismo, en las Cruzadas podremos conseguir materiales, cultistas, nuevas semillas y multitud de objetos que llevaremos de vuelta al culto para seguir mejorándolo y así seguir alimentando este círculo de jugabilidad que tan interesante y adictivo se vuelve una vez le coges la mano a que es lo mejor que hacer.

Ríndete ante el pecado

La última actualización, Pecados de la Carne (La Sex Update que volvió loca a medio Twitter), añadió varias cositas interesantes al juego que en su mayoría son muy curiosas. La primera es el Pecado. Tras derrotar a tres Obispos de la Antigua Fe, desbloquearemos la posibilidad de que nuestros cultistas empiecen a generar pecado, el pecado es una nueva divisa que se obtiene cuando nuestros cultistas realizan ciertas actividades como beber alcohol o participar en rituales llenos de lujuria o desvergüenza. Este pecado lo podremos utilizar para mejorar la estética de nuestro templo u otras cositas que no voy a comentar por aquí. Adicionalmente, la actualización trae consigo la posibilidad de que dos cultistas se reproduzcan obteniendo una descendencia que nacerá y se criara en el culto.

También como puntos destacables de la actualización tenemos un nuevo arma (El Trabuco), nuevos rasgos, variaciones de fertilizante con diferentes efectos, la adición de tabletas de lore que cuentan más sobre la historia de este peculiar mundo, nuevas formas de seguidores y nuevas construcciones, tanto relacionadas con las nuevas doctrinas y mecánicas del pecado como con mecánicas antiguas como el silo para semillas o una mejora a la estación del conserje. Todo esto no ha vuelto al juego más complicado, sino que ha añadido una dimensión mecánica de gran interés que vuelve la experiencia más variable y entretenida.

Unos visuales que engañan

Visualmente, Cult of The Lamb es bastante dicotómico. Todos los personajes son animales antropomórficos de diferentes especies con unos diseños preciosos y una gran variedad de reacciones emocionales a lo que pasa a su alrededor y nuestro protagonista el cordero, también tiene un diseño único y supercarismático que entra en conflicto con los enemigos con los que lucharemos en nuestras cruzadas, sobre todo si lo comparemos a los Obispos de la Antigua fe o a Aquel que Espera, que cuentan con diseños mucho más… crueles, llenos de sangre, vendajes, cadenas y detalles más grotescos.

Todo esto se combina con escenas de sacrificios rituales, masacres, tortura y demás actuaciones que veríamos típicas de un culto satánico para crear humor de la mejor manera posible, mediante combinar animales cutes y kawaiis con las peores atrocidades que se pueden cometer (como lo de las criaturitas del bosque en South Park) eso hace que, al no hacer tanto uso de gráficos ni muestras más realistas de violencia, el título pueda incitarte a hacer actos cada vez más crueles por tu propio disfrute, quiero decir, por el bien del culto.

Conclusión

Cult of the Lamb es un título muy curioso que no podría haber sido acogido por nadie más que por la gente en Devolver Digital, que son unos increíbles cazatalentos de títulos con premisas raras pero jugabilidad excepcional. El ciclo jugable es muy entretenido, la cantidad de construcciones que se pueden desbloquear y mejorar para mantener el desarrollo de nuestro culto es apabullante y la variedad de armas, enemigos y opciones ofensivas que tenemos en las cruzadas va a aumentar conforme subamos niveles para que cada incursión sea única.

Ya sea que te gustan los juegos de gestión o los juegos roguelike, o mejor aún, ambos, Cult of the Lamb te va a encantar casi seguro, sus elementos de gestión son sencillos de entender y fáciles de controlar y la parte del roguelike tampoco es de dificultad muy elevada así que sirve como una pequeña introducción a ambos géneros y una experiencia increíble como conjunto.

Adrián Álvarez

Integrador Social y apasionado de los videojuegos, Cofundador y redactor de Helgames y un amante de los Soulslike y Roguelikes.

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