Análisis

Análisis de Daymare 1994: Sandcastle

Daymare 1994: Sandcastle supera en todo a su predecesor reavivando el género de los survival horror al más puro estilo Resident Evil

Los survival horror se han convertido en uno de los géneros más demandados en los últimos tiempos, gracias a la presencia de grandes títulos de Shinji Mikami, creador de la saga Resident Evil y The Evil Within, o incluso la orfebrería de otros autores de la talla de Keiichiro Toyama, el responsable de la franquicia Silent Hill. En este contexto, han sido numerosos estudios los que han querido sacar provecho de las mecánicas jugables de estas obras de terror para implantarlas en sus proyectos.

Es así como nace Daymare 1994: Sandcastle, la precuela de Daymare 1998, juego que salió a la venta hace ya cuatro años. El desarrollo cabalga a lomos de Invader Studios, un estudio italiano independiente que se introdujo en el mundo del gaming incorporando como base algunos aspectos de los juegos de Capcom. Sin embargo, este lanzamiento se produce en uno de los mejores momentos de la era de los videojuegos, compitiendo al máximo nivel con títulos de gran calibre, como Dead Space Remake o Resident Evil 4 Remake. ¿Tendrá este survival horror indie la suficiente calidad como para captar la mirada y dedicarle unas cuantas horas de juego? Sin ambages, lo vamos a ver detenidamente en este análisis realizado para la versión de PS5, ampliando las primeras impresiones del mismo.

Caos en Daymare 1994: Sandcastle. El Área 51

En Daymare 1994: Sandcastle nos ponemos en la piel de Dalila Reyes, una agente especial al servicio de una unidad llamada HADES con un gran manejo de la ingeniería electrónica, telecomunicaciones y combate cuerpo a cuerpo. De hecho, Reyes es la creadora de un dispositivo llamado DID (Dispositivo de Intercambio de Datos), que ayudará a gestionar y monitorear el estado de salud y recursos, además de archivar documentos obtenidos durante la misión en curso.

La historia comienza cuando una base militar ubicada en Nevada, llamada Área 51, es arrasada por una epidemia desconocida, de tal manera que Reyes, junto al Capitán Foster y el soldado Rayek, deberán acudir a la llamada de la unidad Section 8, que controla la zona a las órdenes del presidente. La operación se denomina Sandcastle y, al parecer, el campamento se encuentra totalmente abandonado cuando Reyes aterriza en el lugar. Más adelante, la agente queda atrapada en la Oficina principal y partir de ahí es cuando da comienzo la fiesta de los tiros y pura acción.

Armas escasas, pero efectivas

Daymare 1994: Sandcastle peca del escaso arsenal que nos brinda para combatir contra los seres que reviven a causa de los impulsos electromagnéticos. Se trata ni más ni menos que los soldados que controlaban el Área 51 y que ahora han sido totalmente arrasados por un extraño virus. Pues bien, las armas con las que contamos serán una escopeta y un rifle de asalto. También tendremos como aliada una mochila llena de nitrógeno, que se irá consumiendo a medida que usemos sus ventajas, para congelar a los susodichos seres mediante el empleo de un guante que dispara balas de hielo y un spray para apagar el fuego en ciertas zonas del mapa.

Y volviendo a los enemigos, huelga decir que estos no son nada variados porque solo nos toparemos con tres tipos: azules, rojos y un jefe final. No obstante, esta falta de variedad en armamento y enemigos se contrarresta con la posibilidad de mejorar nuestro equipo en varias estaciones que vayamos encontrando por la zona. Por ejemplo, se incluirán mejoras en nuestra bolsa de nitrógeno para combatir de forma más factible a los cadáveres vivientes.

Hubiera ofrecido mayor dinamismo la incorporación de un arsenal más diverso y contar con un inventario más elaborado. Pero hay que recordar que se trata de una obra de bajo de presupuesto y eso puede llegar a justificar la falta de objetos armamentísticos para defenderse.

Mecánicas y jugabilidad antes vistas

A pesar de que Daymare 1994: Sandcastle mejora en todos sus apartados a Daymare 1998, lo cierto es que resulta muy familiar a la franquicia de Resident Evil, sobre todo en la jugabilidad y mecánicas que desprende el título de Invader Studios. Acciones del personaje, puzzles, guardados manuales en máquinas de escribir, caminos pasilleros, etc., recuerdan mucho a aspectos que introducen otras sagas míticas de la misma temática. Es algo que ya hemos visto en numerosas ocasiones, pero, lo dicho, lo repetitivo no tiene por qué resultar molesto.

En cuanto a la inteligencia artificial de los NPC’s, es correcta, sin entorpecer la experiencia jugable. Por otra parte, hay que añadir que el control del personaje principal puede jugarte una mala pasada, puesto que en algunas ocasiones puede ser algo tosco cuando nos liamos a tiros con los enemigos. Además, hay que hacer mención a varios movimientos bruscos que realiza la agente Reyes al correr y al disparar, que distan de sentirse orgánicos.

Ambientación correcta con ciertas carencias

No hay duda de que el motor Unreal Engine hace gala de su musculatura técnica en Daymare 1994: Sandcastle. La iluminación es, sin duda, de lo más llamativo que se contempla a simple vista para ser un juego de bajo de presupuesto. Hay ubicaciones más detalladas que otras, no cabe duda, pero en conjunto el juego es bastante resultón. Cabe destacar que el modo rendimiento en PS5 es una delicia, con unos robustos 60 fps que le añaden un plus de fluidez.

Pese a todo, esta precuela tiene carencias, como cualquier juego independiente, y las vemos en los modelados de las caras que no son demasiado detalladas, algunas ubicaciones más modestas y menos cuidadas o ciertas acciones que hace el personaje, como correr, cuyos movimientos nos parecen un tanto rudimentarios.

Sustos que dan gusto

La ambientación forma parte también de un apartado a destacar junto con un sonido brillante. Sin ir más lejos, te llevarás más de un susto a lo largo de la aventura. Ten cuidado al cruzar las esquinas, porque tras ellas suele acechar un caminante muerto dispuesto a propinar un buen sobresalto, avisado quedas.

Acto seguido, el doblaje se encuentra localizado al inglés con buenas interpretaciones y los subtítulos aparecen traducidos al castellano, al igual que todos los textos del juego. Es característico que en los títulos independientes no vengan doblados a nuestro idioma, ya que eso conllevaría un mayor presupuesto.

Conclusión final

Para ser un estudio indie que prácticamente acaba de aterrizar en sector de los videojuegos, Invader Studios ha hecho un estupendo trabajo con Daymare 1994: Sandcastle. Saca pecho fortificando la fisonomía de su precuela y cumpliendo con su cometido, que es realzar el género del survival horror con muy pocas herramientas de desarrollo a su alcance. Se debe premiar a la desarrolladora que ha tenido la valentía de competir en un año loco lleno de videojuegos contra el mastodonte Resident Evil 4 Remake.

Para finalizar, lo más positivo que sacamos en clave de esta entrega es el mimo que le han puesto en el apartado sonoro y una atmósfera muy bien conseguida que, a pesar de la poca variedad de armas y enemigos, logra divertir y captar la atención del jugador, que de eso se trata al fin y al cabo.

Roberto Torres

Apasionado del mundo de los videojuegos en particular y la tecnología en general. Llevo 7 años trabajando en el sector periodístico y me considero una persona implicada y comprometida. Juego desde que tengo uso de razón. Mi primera consola fue la Megadrive y la más reciente, PlayStation 5.

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