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Análisis: Edge of Eternity

Edge of Eternity, juego desarrollado por Midgar Studio, publicado por Dear Villagers y distribuido por Plug In Digital, Maple Whispering y Meridiem Games; es un título de rol ambientado en un mundo en guerra con una civilización bastante avanzada tecnológicamente, conocida como Arkadia. Los arkadianos, con un nivel militar muy superior al resto, invaden el mundo de Heryon (en el que nos sitúa la historia).

Al comienzo del título, este nos muestra una pequeña cinemática a modo de contexto para ambientar la historia que se nos va a narrar. Un mundo asediado por alienígenas que mezcla la ambientación medieval con ciencia ficción. El principio del título me cautivó por como usa los distintos diálogos de la escuadra de combate en la que se encuentra nuestro protagonista y las relaciones entre los mismos, para luego sorprenderme con un giro que no descubriré aquí.

Este primer “fin de capítulo” nos deja entrever que la historia es mucho más de lo que aparenta. Evidentemente, no quiero tocar la historia, primero, para evitar “spoilers” innecesarios y, segundo, porque para mi gusto es de lo mejor del título.

Midgar Studio ha conseguido crear un mundo muy resultón
Midgar Studio ha conseguido crear un mundo muy resultón.

Para ponernos en contexto, la desarrolladora indie, Midgar Studio, ubicada en Francia, ha realizado una suerte de JRPG que podría pasar por juego japonés a la perfección. Me sorprendió gratamente ver como un estudio europeo había entendido perfectamente qué hace a un JRPG ser lo que es.

En este caso, se trata de un JRPG por turnos táctico (en el que nos podemos mover por una plantilla hexagonal) en el que cada personaje cuenta con su propia rama de habilidades y mecánicas. En un principio, cuando manejamos solo a Daryon (primer personaje del título), al menos para mí, se antojaba algo básico. Podemos movernos una casilla gastando medio turno, podemos atacar, cubrirnos, usar objetos y/o habilidades (estas acciones gastan un turno completo).

Las opciones, al ser un único personaje, hace que al principio, como suele ser habitual en este tipo de juegos, no veamos las posibilidades reales ni la profundidad de su sistema de combate. No es hasta que tenemos tres personajes que empezamos a ver el potencial del título. El problema aquí es que no llegas a tener tres personajes hasta estar bien adentrado en la historia, así que estamos mucho tiempo con los dos principales, a nivel argumental, que son Daryon y Selene.

El modelado de los personajes tiene un buen acabado, pero carece de expresividad.

Cada personaje cuenta, como bien he comentado antes, con una serie de mecánicas propias características de la clase a la que hace referencia. Por ejemplo, Daryon es un caballero, por lo que priman los ataques cuerpo a cuerpo. Para esto, deberemos estar siempre orbitando alrededor de los enemigos y ejerciendo de “cebo” para que nuestra hermana, Selene, una maga, pueda conjurar los hechizos. Para efectuar los hechizos se debe esperar, además del turno, una barra de “casteo” antes de efectuar el ataque.

Lo interesante del título a este respecto es que, durante el “casteo” de hechizos, tanto los enemigos como nosotros (en el caso de que haya un enemigo conjurando un hechizo) pueden interrumpir ese conjuro y se deberá empezar de nuevo o realizar otra acción, cosa que, si nos rodean, se puede hacer muy frustrante. Además de estos, al menos en mi conocimiento de lo que he visto en Edge of Eternity, hay otros tres personajes.

Como son bastante interesantes y tienen gran importancia dentro de la historia principal del juego, no procederé a contar quienes son ni qué pueden hacer. Lo que si se puede decir es que, una vez obtenido cierto número de personajes, el combate se vuelve bastante seductor al tener cada uno un modo de jugar diferente, aportando varias capas de profundidad.

El sistema de combate con movimiento por peanas hexagonales añaden algo más de profundidad jugable.

A nivel argumental, es un JRPG de toda la vida. Daryon es un soldado que lucha contra la invasión frente a un grupo de compañeros al iniciar el juego, pero al enterarse de que su madre ha caído enferma, presa de una extraña enfermedad transmitida por los propios alienígenas, la corrosión, decide desertar e ir a su pueblo natal para encontrarse con su familia. Por otro lado, Selene es una sacerdotisa y es la hermana de nuestro protagonista, como ya he dicho. Ambos emprenderán un largo viaje para encontrar la cura de la enfermedad para salvar a su madre.

El planteamiento es sencillo, pero a lo largo y ancho del mundo encontraremos personajes, pueblos y situaciones que nos ayudarán a enriquecer nuestra experiencia y a dotar de más profundidad a la trama. Si bien, al menos en mi caso, la historia no ha sido fácil de seguir a causa de ciertos “vacíos” argumentales o escenas que sacaban un poco del juego, pero aun así no me ha disgustado. Es una historia tipo JRPG clásico del “viaje del héroe elegido” acompañada de una banda sonora que, pese a tener sus más y sus menos, tiene momentos memorables y acompañan la experiencia perfectamente.

Las ciudades, en cuanto a la estructura, son extrañas y cuesta por momentos encontrar las tiendas.

La construcción de mundo quizás es algo extraña y los pueblos carecen de verosimilitud en su estructura, pero una cosa hay que admitir, y es que el apartado artístico del título me ha convencido bastante. Tiene ciertos tramos, sobre todo en praderas, muy hermosos y que, en acompañamiento de una banda sonora bien compuesta, debo de admitir que me han hecho quedarme mirando más de una vez al horizonte.

Dentro de estos pueblos y campamentos podemos encontrar una serie de mesas para “craftear” útiles, armas y armaduras para equipar a nuestros personajes. El sistema es algo simplista (sobre todo viniendo de un JRPG), pero funciona. Por el mapa podremos encontrar una serie de materiales, además de los que obtenemos al matar a ciertos enemigos, con los que podremos crear esos “items” indispensables de cara a abordar los desafíos que nos esperan.

Pero como siempre, y aunque me duela, toda obra que se precie difícilmente carece de defectos. Pese a que el título se ve bonito en muchos aspectos, si es cierto que el nivel de las animaciones y el modelado de los personajes es bastante pobre. Ya no solo porque durante algunas conversaciones consiguen sacarte de la experiencia, al estar contando algo trágico y que los personajes sean más unos maniquíes sin alma que otra cosa, sino porque fallan mucho, adolecen de “clipping” y no están al nivel del escenario, por ejemplo. Por esto comenté con anterioridad la dificultad de seguir ciertas conversaciones o escenas.

Los Nekaroo son la mejor montura que uno podía imaginar. ¡Gatetes gigantes!

En el ámbito del sonido, el juego no termina de funcionar. Hay algo raro en el “feedback” de los ataques o acciones durante nuestras largas caminatas, que se amenizan en gran medida gracias a los Nekaroo (una suerte de gatetes gigantes que podemos usar de monturas y que, en sencillas palabras, son monísimos). El apartado técnico del título no termina de funcionar tampoco y al final es lo que hace que cojeé la experiencia. Antes de terminar, uno de los puntos que más me han chocado a la hora de abordar el título es la carencia del francés dentro de la selección de idioma en las voces. Estas están en inglés y, para mi sorpresa, en japonés, pero me hubiera gustado que, al ser un juego francés, estuviera doblado a su propio idioma.

En conclusión, Edge of Eternity es un buen JRPG que sufre de un apartado técnico y una optimización (al menos en PlayStation 5, donde lo he jugado para el análisis, gracias a una clave cedida por Meridiem Games) altamente deficiente. Esto quizás se hubiera solventado realizando una obra más modesta, pero en general, al final, ha quedado una experiencia muy disfrutable y que recomiendo mucho a los amantes del género.

Edge of Eternity ya se encuentra disponible en PlayStation 4, PlayStation 5, Xbox One, Xbox Series X|S, Nintendo Switch y PC.

Ángel Lostes

Un músico sin beneficio que escribe textos en sus ratos libres para paliar ciertos momentos de crisis existencial.

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