AnálisisDestacados

Análisis: Treasures of the Aegean

Diógenes tesoril

La civilización minoica, aunque frecuentemente olvidada, formaba parte del conjunto de pueblos de la Edad de Bronce. Según registros antiguos, esta, asentada en la Isla Santorini, habría sido una de las civilizaciones más avanzadas a nivel tecnológico de su período. Tras una erupción volcánica, la isla donde habitaban los minoicos, se sumergió en el Egeo (Aegean en inglés) destruyendo toda la sociedad de aquel momento y escondiendo sus secretos tecnológicos como si de la Atlántida se tratase.

Una Isla aparece de la nada tras una explosión, ¿será lo que estábamos buscando?

Treasures of the Aegean es un juego de Undercoders, un estudio de desarrollo de videojuegos español ubicado en Barcelona, publicado por Numskull Games y distribuido por Meridiem Games, en el que Marie Taylor, cazarrecompensas experta, y James Andrew, un investigador enfocado en la historia de la civilización minoica, se adentran en Grecia en busca de pistas que puedan esclarecer algo de los acontecimientos que tuvieron lugar, además de recuperar tesoros antiguos con los que, de paso y convenientemente, hacer fortuna.

Después de nuestra primera noche, una explosión provoca el resurgimiento de la Isla de Thera, antaño hundida en las profundas aguas del mar. Nuestros protagonistas, viendo la suerte han tenido en su desempeño, se adentran en la Isla para realizar algún descubrimiento. Dicha exploración se ve interrumpida por la pronta erupción del mismo volcán que otrora sumergió la isla, provocando una explosión cuando nuestros protagonistas intentan huir de la fatalidad de su destino, destruyéndose el planeta de paso.

Literalmente la Tierra explota tras la segunda erupción

Treasures of the Aegean es un metroidvania en 2D en el que deberemos ir explorando la isla mientras estamos sumergidos en un bucle de resurgimiento y devastación. En él, deberemos ir desentrañando los secretos de la isla, plagada de esculturas, edificaciones, antiguos frescos (pinturas en la pared), y tesoros que vamos recopilando a modo de coleccionables, pero que cuentan también con su función.

Este metroidvania minoico nos muestra, a través de su sencillez mecánica, además de un apartado visual con animación hecha a mano, que recuerda a los comics occidentales tipo Tintín; que no hace falta un gran set de movimientos ni un gran apartado técnico para contar una buena historia de cazatesoros que hará las delicias de los amantes de las historias de Indiana Jones.

El mimo con el que está construido el escenario, los diseños, e incluso todo lo que engloba a la interfaz y menú, es muy reseñable. La interfaz recopila de forma clara, tanto nuestros descubrimientos de la historia principal, que se irán remarcando en el centro de una especie de tapiz/mural a través de dibujos con explicación de los detalles que hemos ido encontrando de puzles, historias y personajes. Además, la caza de tesoros (coleccionables en el juego) se antoja tremendamente adictiva y satisfactoria, además de que tienen una funcionalidad muy destacable, la de aumentar el tiempo que tenemos de exploración entre bucle y bucle.

En el menú se nos muestra información detallada de todos aquellos tesoros que consigamos y de los diferentes enigmas

Porque es así, entre bucles tenemos un tiempo determinado (10 minutos ampliables) para explorar los recovecos de las ruinas de la antigua civilización. Esto normalmente no suele convencerme porque suele gustarme más la contemplación, más el quedarse en un sitio e ir explorando a ritmo libre, pero está resuelto perfectamente gracias al control. A nivel jugable, aunque sencillo, responde a la perfección y la protagonista, Marie, se encuentra dotada de cierta inercia en el movimiento (para los fans de Mario, recuerda mucho a la inercia o “deslizamiento” que tiene Luigi en los saltos) que enfatiza mucho esa velocidad que el juego quiere que lleves. Parece que el movimiento y el estilo de las animaciones se influencia de juegos como Flashback o Prince of Persia.

Quizás lo menos destacable es la inclusión de unos soldados que llegan a la vez que nosotros a la isla y nos impiden el paso, pero que no parece estar resuelto con la misma soltura que el resto de apartados.

En el mapa no hay nada señalado, nosotros deberemos completarlo con marcadores, aunque a veces es algo caótico

Otro de los detalles jugables que me han gustado mucho es cuando recibimos algún impacto de un enemigo o nos caemos desde una altura considerable, saldrá una secuencia viñeteada del personaje levantándose, que aligera muchísimo el ritmo (además de que queda muy bien). La gracia es que esta secuencia nos quita 1 minuto del contador, por lo que tenemos que tener cuidado y no saltar al vacío o enfrentarnos a los enemigos (porque no podemos golpearles ni eliminarlos de forma alguna).

Las cinemáticas del juego (si es que podemos llamarlas así) están representadas como si fueran las páginas de un comic, sin movimiento alguno. Aunque a veces el dibujo, sobre todo de las caras, es algo raro; muestra un detalle y una paleta de colores que agrada, sin ser demasiado minuciosa a la vista.

Tras cada bucle se nos van mostrando pinceladas de la historia de los personajes, cómo se conocieron, cómo llegaron a ser quienes son, así como ciertas conversaciones que van teniendo lugar y que amplían mucho tanto el objetivo, las pistas obtenidas y la relación de los personajes. Esto hace que realmente no haya espacio en blanco entre los bucles (al menos en la partida que he completado no ha habido ni un solo bucle que no me haya aportado algo de lore).

El juego parece durar entre 10 y 15 horas (según cuanto porcentaje queramos completar) y me parece una duración perfecta para este tipo de juegos. La historia no deja de interesarte en ningún solo instante, te adentras y quieres saber más, cada vez vas más rápido en la exploración porque quieres resolver el siguiente puzzle, el siguiente enigma (y el movimiento, como he señalado antes, solo incrementa las ganas de explorar).

Durante estas conversaciones se nos dará información acerca de la historia, además de ampliar la relación entre los personajes

Por supuesto, no sólo las mecánicas y apartado visual aportan a la inmersión argumental del título, sino que su apartado sonoro y banda sonora se encuentran muy cuidados, al igual que el resto de apartados. La banda sonora compuesta por Damián Sánchez nos hace una mezcla de músicas ambientales con instrumentos tradicionales que nos deleitará en cada uno de nuestros bucles, amenizando el viaje y el descubrimiento de una historia más allá del tiempo y el espacio.

Treasures of the Aegean es, al fin y al cabo, un juego de exploración donde tendremos que descubrir los entresijos de una civilización demasiado avanzada tecnológicamente que fue sumergida en el Mar Egeo tras la erupción volcánica del monte Thera. Su marcada influencia en los metroidvanias, unido a una jugabilidad simple pero efectiva y su mecánica narrativa, hacen que cada bucle no nos deje indiferentes, encontrando a cada instante nuevos tesoros, enigmas y puzles que deberemos resolver prestando atención al tiempo que tenemos para administrarnos los diferentes objetivos. Sin duda alguna, ha sido una grata sorpresa encontrarse con un juego tan cuidado y en el que se nota el mimo que los creadores han puesto en él.

Treasures of the Aegean se encuentra disponible para PlayStation 4, PlayStation 5, Xbox One, Xbox Series X|S, PC y Nintendo Switch. Además, también cuenta con edición física para PlaySation 4, PlaySation 5 y Nintendo Switch, distribuida por Meridiem Games.

https://www.youtube.com/watch?v=N6ww69gvyPo

Ángel Lostes

Un músico sin beneficio que escribe textos en sus ratos libres para paliar ciertos momentos de crisis existencial.

Publicaciones relacionadas

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Botón volver arriba