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La magia de la saga Metal Slug

Desde la creación de los videojuegos hasta los arcade

Hoy en día los videojuegos son un producto de entretenimiento con valor cultural, como fans del medio nos sumergimos en sus historias y nos encariñamos de muchos personajes. Todos creemos que el videojuego no tiene nada que envidiar a otros medios como el cine, la música o la televisión, pero esto no ha sido siempre así.

El videojuego nació como un juguete virtual, las “consolas” de primera generación simplemente reproducían un único juego que tenía como premisa la competición de dos personas para ganar la mayor puntuación posible. En esta primera generación no se centraba en crear juegos complejos, se buscaba simular deportes o crear juegos con mecánicas muy simples para así entretener a las personas que compraran estas máquinas que, por lo general, solo podían permitirse las familias con más recursos económicos.

Pong de Atari ejemplifica el tipo de juegos simples que trajeron las consolas de primera generación (esto no son simples juegos, es una persona contra otra, juego lo será para ti que eres un no name de ****)

Este origen primigenio del videojuego se aleja mucho de como lo conocemos hoy, pero ya asentaba las bases de lo que pronto será uno de los períodos más queridos dentro de la historia de la industria del videojuego, la época dorada de los videojuegos arcade.

La idea de tener una consola doméstica era literalmente imposible para muchos niños que comenzaban a interesarse por este medio, por ello muchas empresas comenzaron a buscar la forma de llevar estos juegos de una manera asequible pero rentable y con ello llegar a la mayor cantidad de público posible. Es en este contexto en el que nacen las máquinas recreativas y con ellas llegamos a Metal Slug, la saga que quiero comentar en este artículo.

Metal Slug es un juego del género Run and Gun que nació en 1996 de las manos de la empresa japonesa Nazca (aunque poco después fue comprada por SNK, empresa por la que todos reconocemos a estos juegos), la saga cuenta con siete juegos principales y varios remakes y juegos portátiles, pero los más populares son los tres primeros títulos. Estos tres primeros juegos se popularizaron en las máquinas recreativas Neo Geo y convirtieron a su saga en una de las últimas grandes franquicias de los arcade antes de la popularización de las consolas domésticas en occidente.

Los juegos arcade, por lo general, tenían dos características principales, la competición contra otros jugadores y la gran dificultad que servía tanto para generar rejugabilidad como para lograr ganancias para estas máquinas. La llegada de Metal Slug destrozó totalmente esas premisas, su principal rasgo no era la competición entre jugadores, si bien al terminar el juego existía la típica tabla de clasificaciones esta no era su principal característica. Metal Slug se desmarcó de las tendencias de la época, consiguió destacar por ser un juego cooperativo, es decir, en la misma partida podían jugar dos jugadores, este factor rompió el esquema tradicional de los juegos arcade.

Tenemos que decir que, como todos los juegos de recreativa, la saga Metal Slug es muy difícil (tras perder tres vidas veremos un “continue”, si llegamos a cinco deberemos empezar el juego desde el principio), los primeros niveles son bastante asequibles, pero cuando estemos cerca del final el juego parece más un Bullet Hell que un juego Run and Gun. Por ello la cooperación es algo tan importante, ya que jugar con amigos suele ser más divertido, pero en este caso también nos facilita llegar a ver el final de estos títulos.

Además de las tradicionales fases de scroll lateral, Metal Slug cuenta con combates con jefes al final de cada misión

La saga también buscó desmarcarse de otros juegos adoptando un tono desenfadado en vez de traer un conflicto serio (algo parecido a lo que hicieron otros grandes juegos de recreativa como Ghosts ‘n Goblins), por ello el diseño de todas las armas, vehículos y jefes es totalmente cartoon, ya que resta seriedad a lo que está sucediendo y hace que estos elementos sean mucho más característicos y reconocibles. Nazca y SNK apostaron por el humor para dotar de mucha más personalidad al ejército enemigo y a los personajes protagonistas, esto acabó haciendo que muchos jugadores amaran esta saga simplemente por el tono y la identidad visual de estos juegos.

El tono humorístico de esta saga no repercute solo en su estilo visual, sino que acaba permeando a todas las demás características, el argumento es otro beneficiado de esta elección de tono. Los juegos de Metal Slug no tienen historias muy elaboradas, pero si es verdad que podemos ver una cierta progresión que va alejando estos títulos de cualquier tipo de seriedad, añadiendo cosas cada vez más ridículas. En el primer título nos enfrentamos y detenemos los planes de un ejército que parodia a las tropas nazis, en el segundo vemos como este mismo ejército despierta a momias y a extraterrestres con el objetivo de derrotarnos y, en su tercera entrega, el argumento nos trae una invasión alienígena, zombis y elefantes tácticos (sí, encima tácticos).

En esta saga en un nivel podemos estar en la segunda guerra mundial para poco después hacer frente a una invasión zombi

SNK sabe que en los juegos arcade el apartado narrativo es lo menos relevante, por ello con cada entrega la saga Metal Slug es más surrealista. Sinceramente este punto es mi favorito, ya que vuelve a cada juego una experiencia fresca y única, no sabes lo que te vas a encontrar y puede darse la situación de tener que pelear contra yetis mientras el personaje principal está transformado en un mono que usa metralletas con los pies.

  Análisis de Mindcop

Lo que hace que esta saga sea verdaderamente una joya de los videojuegos es su apartado sonoro. El sonido juega una parte vital en esta saga, desde la música de los escenarios y los menús hasta la voz que aparece cuando recogemos un arma del suelo, todo el apartado sonoro consigue dotar de todavía más personalidad a estos juegos y todos sus personajes. Este apartado es tan bueno que estoy seguro de que cualquier jugador que haya jugado a un juego de la franquicia es capaz de identificarla con los ojos cerrados si escucha cualquier pista musical de la misma.

La parte jugable de esta saga es la que menos innovación presenta, esto hace que todos los juegos de esta saga sean prácticamente iguales, ya que simplemente siguen las características comunes del género Run and Gun (disparar de forma horizontal y vertical a todo enemigo que se nos ponga por delante). Cada juego cuenta con cinco misiones que irán variando los escenarios e introducirán alguna nueva mecánica (Niveles acuáticos, de naves o cayendo en picado), dentro de estos niveles podemos matar enemigos o rescatar prisioneros, estos últimos nos darán power ups en forma de armas más destructivas u objetos que aumenten nuestra puntuación. Tras llegar al final de cada nivel nos enfrentaremos a jefes desafiantes y que suelen jugar con el escenario para dificultarnos el combate.

La falta de innovación mecánica puede hacer que los juegos se vuelvan repetitivos, pero creo de verdad que en esta saga no debería modificarse en exceso. Su jugabilidad es simple, pero funciona a la perfección y resulta divertida y adictiva, no es rompedora, pero tampoco lo busca, por ello es la característica que menos cambios ha presentado a lo largo de los años y, cada vez que se ha intentado modificar, los fans han criticado y aborrecido esos cambios (como ejemplo tenemos el olvidable Metal Slug 3D que no llegó a localizarse debido a su gran fracaso).

La franquicia Metal Slug no es perfecta y tiene un gran fallo que arrastran todos sus juegos sin excepción, los juegos de Metal Slug abusan en el reciclado de muchos de sus elementos (protagonistas, escenarios, enemigos, jefes…), por ello no vemos ningún tipo de evolución en la saga, podemos jugar al primer juego y al último y pensar que estamos jugando al mismo juego. El único título en el que se intenta remediar este tema es en la tercera entrega de la saga, esta añade varias rutas dentro de los niveles introduciendo con ello distintos enemigos, vehículos y mecánicas, con ello se busca hacer un juego algo más fresco y rejugable, pero este detalle se acabaría dejando de lado en títulos posteriores.

Si bien el tema de la repetición es un punto muy negativo podemos llegar a ignorarlo completamente, puesto que cada juego suele durar una hora y por ello no vamos a sentir que la fórmula se vuelva repetitiva, además la jugabilidad está tan bien construida que de modificarse en exceso se podría caer en el riesgo de destrozar la esencia de la saga.

Metal Slug se convirtió por méritos propios en un icono de la industria del videojuego, por ello es una verdadera pena que la saga no continúe su recorrido con nuevas entregas y únicamente tenga presencia en la actualidad gracias a ports o recopilaciones que se exportan a todas las consolas en las que puede encajar.

La saga comenzó a precipitarse tras la declaración de bancarrota de SNK en 2001. Tras la bancarrota de esta empresa se formó SNK Playmore y, con ella, Metal Slug perdió la magia. Esta nueva empresa se limitó a sacar la mayor cantidad de juegos en el menor tiempo posible, por ello los juegos de Metal Slug a partir del cuarto no han traído ningún tipo de cambio o elemento relevante a esta franquicia y al ver esto los jugadores dejaron de tener interés por la misma.

Actualmente SNK vive únicamente de lanzar ports y colaboraciones y dudo que Metal Slug consiga volver a revolucionar su género, pero todos los juegos de la franquicia son clásicos atemporales, divertidos y muy disfrutables.

La saga Metal Slug está disponible en Steam, PlayStation, Xbox y Nintendo Switch por veinte euros, aunque suele estar de oferta cada poco tiempo y podemos hacernos con todos los juegos de la saga por menos de diez euros para jugar tardes enteras con nuestros amigos sin la necesidad de pagar por cada vida perdida (cosa que es de agradecer, ya que podríamos llegar a acumular pérdidas millonarias de querer pasarnos este juego pagando por cada tres vidas).

Personalmente recomiendo esta saga a cualquier jugador que tenga algo de interés por los videojuegos, estoy seguro de que acabará enamorado de sus personajes y de la maravillosa propuesta visual, sonora y jugable.

Alejandro Camacho

Catador de lejía a tiempo parcial. Amante de los JRPG o de cualquier otro juego que me permita sumar un puntito de salud más a mis estadísticas.

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