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Análisis: Vagante

Vagante es un roguelike y un dungeon crawler con muchos aspectos de RPG tradicional. El título fue desarrollado por Nuke Nine y publicado por BlitWorks Games (que, muy amablemente, nos han entregado una clave de PS4 para este análisis) en 2018 para Steam. Ahora, el juego ha llegado a consolas (PlayStation, Xbox y Switch).

El juego comienza de la manera más sencilla del mundo: un carro cruza una serie de caminos hasta que llega al lado de una misteriosa caverna y, con eso, arrancamos. Sin historia, sin contexto, sin nada; a la vieja escuela. Aun así, el juego nos da unas ganas locas de explorar esas cuevas, y vamos a hacerlo una y otra vez.

Lo primero que tendremos que hacer es seleccionar una clase. Al principio solo tendremos tres para elegir: el guerrero, el mago y el pícaro; de los que ya hablaremos en un momento.  La primera vez que entremos en esa caverna, entraremos en un tutorial que nos explicará lo más básico.

Podemos jugar moviéndonos con el joystick o con el pad (al no haber diagonales, es mejor de este modo), podemos saltar, agacharnos y saltar a salientes inferiores de determinadas plataformas y caminar más lento para agarrarnos a los bordillos. A esto hay que añadirle la posibilidad de agarrarnos a escaleras para subir y bajar, y ya tendremos todo el movimiento que podemos realizar. Parecerá poco, pero con el caos que se monta en pantalla en un momento, agradecerás esa sencillez.

Lo más importante aquí es el aspecto RPG. Comenzaremos por nuestro HUD. Arriba la izquierda está el mini mapa, arriba a la derecha nuestro contador de oro y el equipamiento, que está bajo nuestra vida, en la esquina inferior izquierda. Continuamos por el arma: hay una cantidad de armas y cada una cuenta con estadísticas generales. Por ejemplo, las dagas son armas muy rápidas con poco daño y rango, mientras que las hachas son mucho más lentas, pero cuentan con mayor rango y daño.

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La selección de clases y trasfondo será una de nuestras primeras decisiones en todas las runs.

Además, cada arma (al igual que los equipamientos) tendrán una serie de estadísticas y pasivas que podremos ver según las recojamos o al «identificarlas». Identificaremos un equipamiento al equipárnoslo o al usar un pergamino de identificación (a estos llegamos ahora).

Además del arma cuerpo a cuerpo, tenemos a nuestra disposición opciones a distancia. A mi conocimiento, son solo 4: los arcos, las ballestas, los bumeranes y las bombas (aunque esto de arma, poco). Después de las armas estarían los hechizos, estos los encontramos contenidos en libros a lo largo de las mazmorras. En Vagante, los hechizos, al igual que las armas, no están restringidos a ninguna clase, asimismo, podremos llevar varios de ellos en selección rápida y solamente uno equipado.

El último espacio en nuestro inventario es para las flechas, que servirán tanto para el arco como para la ballesta y además podremos crear flechas explosivas o envenenadas al combinarlas con bombas o frascos de veneno, respectivamente.

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El amable tendero nos ofrecerá una selección de objetos útiles en cada zona, a veces, a precios infladísimos, pero mejor que no le toques las narices.

Hablando de los frascos y los pergaminos, vamos a hablar de ellos de forma muy rápida. Básicamente, hay una serie de pergaminos mágicos y botellas de pociones, cuyos efectos son siempre los mismos, pero el frasco que los contiene cambia en cada run. Es decir, siempre habrá un pergamino identificador, pero quizás en una run sea el azul, mientras que en la próxima sea el dorado. Lo mismo pasa con las pociones, lo que te hará tener que gastar pergaminos de identificar o jugártela a tomarte pociones y ver si no mueres en el intento.

Tras cada nivel, hay una zona de descanso con una hoguera (¡lo sabía, esto es un souls!) en la que podremos descansar para curarnos y subir nuestras habilidades. Al matar enemigos obtendremos puntos de experiencia y al matar bosses un nivel completo. Tras terminar el nivel y descansar en la hoguera, podremos usar nuestros niveles para subir habilidades. Aquí es donde las clases comienzan a tener sentido.

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Vagante es Dark Souls 4, confirmado.

Además de esto, al terminar una run ganaremos puntos de experiencia que nos subirán niveles y nos permitirán desbloquear cosas como: nuevas clases, música y trasfondos, que otorgarán estadísticas y habilidades pasivas, como ser inmunes al veneno o ganar más daño de hechizos.

Todas las clases tendrán ocho atributos donde poner sus puntos de habilidad, cinco son comunes a todas las clases (fuerza, destreza, vitalidad, suerte e inteligencia) y las otras tres son específicas de cada clase. Por ejemplo, los magos tendrán habilidades relacionadas con el lanzamiento de hechizos, mientras que los pícaros estarán más relacionados con el sigilo y maestría con arco. Todo esto se puede sumar en un menú de habilidades junto a nuestro inventario, y en este mismo menú también hay una pestaña para consultar nuestras estadísticas y los hechizos que llevemos encima.

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Las habilidades y atributos estarán explicados, aunque a veces de manera vaga.

Para progresar en Vagante, tendremos que movernos en una serie de áreas a través de niveles infestados de enemigos que comparten una serie de características: todos tienen una tienda en la que podremos comprar equipamiento, armas y consumibles (o robarlos, para nada recomendado), un boss (totalmente opcional todo sea dicho) y un cofre con botín de buena calidad que solo se puede abrir con la llave que conseguiremos del boss en cuestión. También habrá una serie de altares con características especiales que no nombraré porque es mejor descubrirlo.

Por lo general, Vagante es muy adictivo y precioso. Su estilo pixel-art lo hace destacar. Si a algo tengo que sacarle la puntilla es la música, ya que me parece bastante floja. Vamos a ver, no es que me esperase aquí a John Williams dirigiendo una orquesta, pero no tiene personalidad alguna y se hace muy repetitiva, sobre todo el tema que suena en las peleas contra los bosses.

El gameplay es sencillo y eso, sumado a su dificultad, que mete unos picos de infarto como no tengas suerte en los equipamientos, le dan una rejugabilidad increíble. Dicho esto, vamos a por un detallito más, el modo cooperativo.

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Los altares a antiguas deidades nos otorgarán poderosos beneficios a cambio de sacrificios dignos.

En el modo cooperativo de Vagante, se nota que estaba pensado desde el día uno para implementarlo y no fue una adición posterior. Podremos crear un lobby desde la pantalla principal o unirnos a otro ya creado de hasta cuatro personas. En nuestro caso, gracias a que nos dieron otra clave, he podido probar el modo cooperativo junto a mi compañero Alejandro un par de horas, y el título mejora exponencialmente. Tiene un sistema de comunicación rápido que funciona por emoticonos y una manera de revivir a los compañeros caídos (además, siempre «está bien reírse» de como tu amigo ha pisado una trampa y ha terminado hecho un disco contra el suelo para momentos después acabar empalado en unos pinchos por mirar donde no debías. Desde luego, no está basado en hechos reales. Bueno, solo puede que si…).

Si un personaje muere en el modo cooperativo, revivirá como un esqueleto con 100 de vida, desequipándose todo lo que tenía y pudiendo usar un hueso como arma, tanto a distancia como a largo alcance. Si vuelve a morir, se volverá una calavera flotante que no puede hacer daño, pero si atravesar paredes para buscar la salida.

Para resucitar a los caídos únicamente hay que llegar hasta la hoguera, a la izquierda de la misma estarán las tumbas y si el esqueleto se pone encima de su tumba y un jugador vivo interactúa en ella, podrá revivir al compañero con 1 de vida, pero como están en la sala de la hoguera, realmente tendrá 21 tras curarse.

Y con esto, estaría todo lo básico repasado, me reservo un par de sorpresas porque creo que Vagante es una gran experiencia que debes disfrutar por ti mismo, ya sea solo o acompañado por amigos o extraños. Es un juego difícil, pero es sencillo de entender y muy rejugable. Sin duda, yo estaré dándole a esa cueva hasta que me saque ese jugoso platino.

Adrián Álvarez

Integrador Social y apasionado de los videojuegos, Cofundador y redactor de Helgames y un amante de los Soulslike y Roguelikes.

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