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Análisis: Nightmare Reaper

El videojuego es un medio que evoluciona a gran velocidad. Hace 25 años los juegos eran muy distintos, sobre todo en el aspecto gráfico (por razones evidentes). La tecnología avanza, impulsada por ese afán de mejorar los gráficos cada vez más, llegando al hiperrealismo. Por su lado, los juegos antiguos o los que no cuentan con ese apartado gráfico suelen ser tachados de tener ‘malos gráficos’ o ser ‘retro’. Dejando de lado lo que podría considerarse retro, hay también un encanto que solo tienen estos juegos, ya sea por la nostalgia o simplemente por un mayor gusto por los estilos más pixelados (después de todo, estas cosas son subjetivas), y Nightmare Reaper es un claro ejemplo de esto.

Desarrollado por Blazing Bit Games, nos encontramos frente a un curioso juego de disparos en primera persona con un estilo ‘retro’, como los primeros DOOM o Quake. Esta estética es un claro homenaje a esos juegos, pero, ¿podrá estar a la altura de los juegos que toma como musas? Ahora lo veremos.

Esto es una locura, nunca mejor dicho

Un aspecto que noto en muchos juegos de antes es su falta de una historia, o más bien, de su explicación. No era lo habitual que el juego te pusiera cinemáticas y textos que te informaran al detalle de lo que sucedía. Nightmare Reaper tiene un comienzo parecido. Directos a la acción, en una especie de cueva, tras aprender los controles básicos y hacerte con tu primera arma, vas directo a los tiroteos. Al acabar el nivel, apareces en una sala que parece ser de un hospital.

Lo usual es no tener ni la más mínima idea de qué sucede, al menos al principio, y esa es la intención. Al investigar por la habitación, verás que nuestra protagonista está encerrada ahí y, tras interactuar con la cama, nos llevará al siguiente nivel. En la habitación también hay unos papeles que son la única manera de enterarse un poco de lo que está ocurriendo.  Poco a poco, vas deduciendo todo el contexto y aprendes qué es lo que ha llevado a nuestra protagonista a estar allí. A medida que completes los niveles, nuevas páginas van apareciendo para añadir un poquito de información al caso. Al parecer, estamos en lo que parece un hospital psiquiátrico, cosa que tiene sentido, suponiendo que los niveles a los que accedemos son los sueños y pensamientos de la protagonista. Avanzando en el juego se amplía nuestro mundo y conocimientos sobre él, y nosotros mismos.

FPS
Para mí, su apartado artístico y sus gráficos son una de sus mejores cualidades.

Redescubre tu amor por las escopetas

He mencionado los niveles varias veces ya, pero todavía no he hablado de ellos. La chicha, la parte importante y el atractivo del juego: el gameplay. Cada nivel es una especie de mazmorra, dividida en varias salas separadas por puertas. Cuando entras o reintentas un nivel, este se genera de forma procedural, aunque hay muchas estructuras que se repiten y niveles concretos predeterminados. En esas salas se encuentran nuestros enemigos, que varían en tamaño y forma. Eso si, a veces, habrá algún potenciador temporal que harán nuestro trabajo más fácil. Al principio serán los típicos enemigos humanos y algunos insectos grandes, pero la aparente falta de variedad se soluciona a medida que el juego avanza.

De igual forma, la variedad de los escenarios y su complejidad aumenta, añadiendo más verticalidad, trampas y obstáculos. La ya mencionada ambientación sería también muy destacable, pues en cada capítulo los escenarios cambian drásticamente.

El modo procedural en el que se generan los escenarios tiene una razón de ser. Como parte de un toque al estilo roguelike, la suerte influye en gran medida. Al limpiar alguna sala, podrán aparecer eventos aleatorios, tanto beneficiosos como desfavorables. También influirá mucho en las armas que encontremos, apartado muy importante.

Dog
No todo es violencia y sangre en este juego, también hay un perrito.

Al final de cada nivel, entre todas las armas que tengamos, nos tocará escoger una de nivel uno que poder conservar en el siguiente nivel (esto mejora más adelante), las demás serán intercambiadas por dinero. Así, en cada nivel dependeremos más de las armas que salgan en los mismos, en lugar de mantenerse con un solo tipo de arma todo el juego. Aun así, en el momento en el que encontréis una escopeta de dos cañones de calidad dorada con munición explosiva, podréis despediros de todo lo demás, porque ya no será necesario.

Y sí, habéis leído bien. Las armas tienen rarezas, que van de blanco hasta dorado, pasando por verde, azul y morado. Estas calidades otorgan efectos especiales a las armas, como un cargador ampliado, velocidad de recarga, disparos ígneos, menor gasto de munición y muchas más. Esto, sumado a la cantidad de armas que hay, que resultó ser mayor de lo que esperaba en un principio, da una gran variedad al juego. Además, cada arma tiene un modo de disparo secundario. Eso sí, la suerte siempre será el factor determinante. Habrá partidas que encontrarás un montón de armas increíbles, hasta el punto de que te costará tener que quedarte solo con una, o encontrar 5 armas cuerpo a cuerpo seguidas (algo que me llegó a pasar).

Según el tipo de arma, utilizarán diferentes tipos de munición y en diferentes cantidades: ligera, pesada y mágica. Las armas cuerpo a cuerpo no usan munición, y estas podrán ser encontradas al matar enemigos o recogiéndolas del suelo.

Escopeta
No mentía con lo de la escopeta.

La culpa la tienen los ‘Nintendos’

La curva de dificultad del juego está bastante bien marcada. Los enemigos son más difíciles en los últimos niveles que en los primeros. Tiene sentido, pero hay que hacer algo para no resulte frustrante o imposible. Es ahí cuando las mejoras entran en escena. Avanzando en el juego, Nightmare Reaper nos da la manera de mejorar a nuestro personaje: el árbol de habilidades. La genialidad detrás de estos árboles de habilidades (porque hay más de uno) es que, cada nueva habilidad está detrás de un minijuego, para los que necesitamos el dinero que conseguimos en los niveles.

Por ejemplo, en el primer árbol que desbloqueamos, los niveles están basados en el Mario Bros, y para tener esos 20 puntos más de vida máxima habrá que hacer un poquito de plataformeo en 2D. Y eso es solo uno, pues cada árbol de habilidades es distinto y muy completo.

Aunque puedes pasar por completo de estas mejoras (sufriendo mucho en cada nivel), las considero indispensables para avanzar en el juego sin que se vuelva una tortura. Las mejoras nos transforman en una auténtica máquina de matar. Desde aumentar la vida, cantidad de munición, recuperación de vida o cantidad de dinero conseguido, rango de recogida hasta reducir el daño de caída, desbloquear el dash, poder activarlo en el aire, el doble salto o inmunidad a la lava, entre otras tantas mejoras.

Mario bros
El juego lo tiene todo.

Secretos, referencias y diversión

Con el ejemplo de Mario Bros ya os haréis a la idea, pero Nightmare Reaper goza de secretos y referencias a muchos juegos. En los minijuegos, las armas, algunos secretos en los niveles…

Y sí, en cada nivel hay un número de secretos que descubrir. Al final de cada nivel se nos dará un porcentaje de lo completo que está el nivel según las muertes, dinero, secretos y tesoros. Y los secretos, aunque simples, dan un toque de exploración, en lugar de entrar directo al final del nivel, pues no siempre es necesario matar a todo el mundo para avanzar (aunque suele ayudar). Pese a haber dicho que son simples, no estoy diciendo que estén mal, al contrario. Estoy hablando de una zona secreta detrás de una zona secreta detrás de otra zona secreta escondida en una sala opcional. Paredes que se rompen, alcantarillas y, ¿qué es eso detrás de la cascada?

Con el tiempo se desbloqueará un modo oleadas, bastante completo también, con varios escenarios distintos para liarse a disparos hasta que no puedas más. Este modo da mucho juego, porque de juegos va la cosa.

Toda esta experiencia junta hace de Nightmare Reaper un juego realmente interesante, divertido y exigente a veces; incluso puede resultar frustrante para algunos, pero siempre puedes volver a intentarlo y esperar que la suerte esté de tu lado.

Easter egg
Hay un evento aleatorio que hace aparecer barriles. ¿Qué cuántos? Un par, tampoco muchos…

La pesadilla nunca acaba, pues la realidad es una pesadilla

A veces, la suma de sus partes no es igual al total. Nightmare Reaper es mucho más que un shooter a la antigua usanza con referencias a juegos. Las mecánicas dan lugar a un núcleo de juego sólido y divertido que no hace más que mejorar con el tiempo, y que se complementa a la perfección con una ambientación impecable y una historia simple, aunque a veces confusa, que justifica el por qué de todo.

¿Qué tenemos en total? Lo que muchos matemáticos denominarían como un juegazo. Con sus fallos, como todos. A veces habrá tirones en zonas plagadas de enemigos, o algunas habilidades entorpecerán tu juego. Hay enemigos y jefes que son esponjas de balas y volatilizan los puntos de vida de nuestro personaje en segundos; y los controles pueden jugarte una mala pasada en el peor de los momentos. Pero nada de esto consigue transformar a Nightmare Reaper en un juego ‘malo’.

Con una duración alrededor de 25 horas, más 2 finales distintos, modos de Nuevo Juego hasta +3 y el modo oleadas, hay disparos para rato. Puede que para algunos el ir a la cama en cada nivel resulte repetitivo, pero recomiendo tomarlo con calma, dada la enorme cantidad de niveles que tiene.

Por los 20,99 € que cuesta en Steam, recomiendo con creces jugar a este título a todo fan de los FPS al que le agrade la estética pixelada y los buenos disparos.

Ernesto Fernández

Un fan más de los videojuegos que aprovecha su tiempo libre para escribir alguna que otra cosa.

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